EUROPA
PRESS
25 julio
2021
¿Cuál
es el mejor momento para consumir proteínas que construyan y fortalezcan los
músculos?
Los investigadores han descubierto que
el mejor momento para consumir proteínas que ayuden a construir y fortalecer
los músculos es durante el desayuno, según un estudio que publican en la
revista 'Cell Reports'.
Las proteínas constituyen un componente dietético esencial
que ayuda al crecimiento y la reparación del organismo. Compuestas por largas
cadenas de aminoácidos, las proteínas promueven el crecimiento de los músculos
esqueléticos, el grupo de músculos que nos ayudan a movernos. Los seres humanos
son conscientes de los beneficios de las proteínas desde hace mucho tiempo.
Sin embargo, estudios recientes han demostrado que consumir
la cantidad correcta de proteínas en el momento adecuado del día es esencial
para un crecimiento adecuado. Esto se denomina "crononutrición",
en la que el momento de comer es tan importante como el qué y el cómo.
El motivo es el reloj biológico interno del cuerpo, llamado
"ritmo circadiano". Este ritmo es seguido por todas las células y
controla funciones vitales como el metabolismo y el crecimiento. Curiosamente,
se ha descubierto que la digestión y la absorción de proteínas fluctúan a lo
largo del día y de la noche según este reloj.
Además, estudios anteriores han informado de que la ingesta
de proteínas en el desayuno y el almuerzo favorece el crecimiento del músculo
esquelético en los adultos. Sin embargo, los detalles sobre el efecto de la
hora de la ingesta de proteínas en el crecimiento y la función del músculo han
permanecido esquivos hasta la fecha.
Afortunadamente, investigadores de la Universidad de Waseda,
en Japón, dirigidos por el profesor Shigenobu Shibata, se esforzaron recientemente por comprender el
efecto de la distribución de la ingesta de proteínas a lo largo del día en los
músculos. Alimentaron a ratones de laboratorio con dos comidas al día que
contenían efecto de la distribución de la ingesta de proteínas a lo largo del
día en los músculos. Alimentaron a ratones de laboratorio con dos comidas al
día que contenían
Observaron que la ingesta de proteínas en el desayuno
inducía un aumento del crecimiento muscular, determinado mediante la evaluación
de la hipertrofia inducida del músculo plantar de la pierna, en comparación con
los efectos de la ingesta de proteínas en la cena.
En concreto, la relación entre la hipertrofia muscular
determinada frente al crecimiento del músculo de control fue un 17% mayor en
los ratones alimentados con un 8,5% de proteínas en el desayuno, que en los
alimentados con un 11,5% de proteínas en la cena, a pesar de que el primer
grupo consumía una proporción baja de proteínas en general. También
descubrieron que la ingesta de un tipo de proteína denominada BCCA, abreviatura
de aminoácidos de cadena ramificada, a primera hora del día aumentaba
específicamente el tamaño de los músculos esqueléticos.
Para confirmar la asociación de estos efectos con el
funcionamiento del ritmo circadiano, los investigadores crearon ratones
mutantes de cuerpo entero Clock19 o ratones específicos de músculo Bmal1 que
carecían de los genes que controlan el reloj biológico. Repitieron los
experimentos de distribución de la dieta en estos ratones pero no observaron un
cambio muscular similar, lo que confirmó la implicación del ritmo circadiano en
el crecimiento muscular en el contexto de la ingesta de proteínas.
El profesor Shibata subraya que
"la dieta rica en proteínas en una fase temprana del periodo de actividad
diaria, es decir, en el desayuno, es importante para mantener la salud del
músculo esquelético y mejorar el volumen muscular y la fuerza de agarre".
Para comprobar si sus conclusiones eran aplicables a los
seres humanos, el equipo reclutó a mujeres en su estudio y comprobó si su
función muscular, determinada mediante la medición del índice muscular
esquelético (IME) y la fuerza de agarre, variaba en función del momento en que
se consumía la dieta rica en proteínas.
Sesenta mujeres de 65 años o más que tomaron proteínas en el
desayuno en lugar de en la cena mostraron mejores funciones musculares, lo que
sugiere la posibilidad de que los hallazgos sean ciertos en todas las especies.
Además, los investigadores también encontraron una fuerte asociación entre el
SMI y la proporción de la ingesta de proteínas en el desayuno en relación con
la ingesta total de proteínas a lo largo del día.
El profesor Shibata confía en que
los resultados de su estudio conduzcan a una modificación generalizada del
régimen alimenticio actual de la mayoría de las personas de los países
occidentales y asiáticos, que tradicionalmente consumen bajas cantidades de
proteínas en el desayuno.
Por ello, subraya: "En los seres humanos, la ingesta de
proteínas en el desayuno es, en general, de unos 15 gramos de media, lo que es
inferior a lo que consumimos en la cena, que es de unos 28 gramos. Nuestros
hallazgos apoyan firmemente el cambio de esta norma y el consumo de más
proteínas en el desayuno o en la merienda de la mañana", asegura.